Cuando nos toca reformar una cocina, con frecuencia los clientes quieren poner un lavavajillas. En algunos casos lo ponen por primera vez y en otros ya lo tenían en la cocina anterior.
Aproximadamente el 50% de los clientes ya disponía de lavavajillas con anterioridad. Algunos tienen un lavavajillas blanco y otros lo tienen de acero. En el equipo de Punt de Vista, preferimos el blanco ya que el de acero acaba quedando manchado porque casi siempre se toca con las manos mojadas.
Siempre que el cliente ya tiene el lavavajillas le recomendamos que lo aproveche y a la hora de diseñar la reforma, tenemos en cuenta que será de libre colocación, que quiere decir que en la estructura global de la cocina el aparato no queda disimulado. Sin embargo, dejamos los 60 centrímetros justos para que se pueda poner una lavavajillas incrustado cuando el que tienen estropee.
¿Por qué en Punt de Vista preferimos los lavavajillas integrados? Por una razón muy sencilla. Porque nos permiten crear unas cocinas mucho más ordenadas en el sentido de que visualmente sólo se ven muebles. Esta fórmula nos permite mantener la armonía estética.
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